Liszt - Les Préludes, Mazeppa, Ung. Rhapsodie No.2 - Smetana - Vysehrad, Die Moldau - Herbert von Karajan, BPO
FLAC, IMG+CUE, LOG | 390 Mb | 44,1KHz | Covers | 1961/68
CD:
01 - Die Moldau (Smetana, Bedrich)
02 - Vysehrad (Smetana, Bedrich)
03 - Les Préludes (Liszt, Franz)
04 - Mazeppa (Liszt, Franz)
05 - Ungarische Rhapsodie Nr. 4 (Liszt, Franz)
Estos son todos los espectáculos más grandes en la vida que hacen alarde de una osadía sin caer en el peligro de la vulgaridad con una bravura pura combinada finamente pulida en todo su conjunto totalmente justifica el buen hacer un alarde de esa música. La apertura de la gira Rhapsody Ungarian... la Filarmónica de Berlín ...... la banda gitana más grande y opulenta de la historia. ( Gramófono )
Bedrich Smetana
(Litomysl, actual República Checa, 1824-Praga, 1884) Compositor y director de orquesta checo. Aunque históricamente los territorios que conforman Bohemia han dado grandes nombres a la música, Smetana fue el primero que supo expresar en sus obras el espíritu, la esencia y los anhelos de su patria. En este sentido, debe ser considerado como al padre de la escuela musical nacionalista checa, cuya impronta sería decisiva en los autores que lo siguieron, entre ellos Dvorak y Janacek.
Hijo de un cervecero amante de la música, las aptitudes musicales se manifestaron a tan temprana edad en el pequeño Smetana, que a los seis años hizo su primera aparición en público como pianista y a los ocho escribió sus primeras piezas. Deseoso de triunfar como concertista, en 1843 el músico se trasladó a Praga con el fin de mejorar su técnica. Eran años de tensión política entre el emergente nacionalismo checo y el centralismo de las autoridades austríacas, y Smetana participó en el movimiento de concienciación patriótica con varias marchas revolucionarias y un exaltado Canto a la libertad (1848).
Tras un paréntesis de cinco años en Göteborg como director de la Sociedad Filarmónica (1856-1861), colaboró en la fundación de numerosos organismos musicales checos, entre ellos el Teatro Nacional de Praga. En 1866 estrenó en él sus dos primeras óperas, Los brandemburgueses en Bohemia y su obra maestra, La novia vendida, primer ejemplo acabado de ópera nacional checa.
Con ella y las que le siguieron –Dalibor (1867) y Libuse (1872), entre otras–, Smetana no sólo se convirtió en el fundador y líder de la escuela nacionalista bohemia, sino que consiguió el anhelado cargo de director del Teatro Nacional, en el que permaneció hasta que en 1874 una sordera provocada por la sífilis le obligó a presentar la dimisión.
Pese a las dificultades, entre 1874 y 1879 vieron la luz los seis poemas sinfónicos que integran su obra maestra orquestal, el ciclo Mi patria. De esta época data también una de sus partituras más sentidas y originales, el Cuarteto de cuerda núm. 1, «De mi vida» (1876). Perdida la razón a consecuencia de la enfermedad, Smetana pasó los últimos años de su existencia recluido en un hospital psiquiátrico de Praga.
(*) 1 Extraido vers. ínteg: Biografías y Vidas
Que me disculpe Vivaldi, pero bajo mi punto de vista, si la Primavera tuviese una banda sonora este sería sin lugar a dudas el tema principal. Si pudiésemos separar el sonido por instrumentos de esta magnífica pieza sentiríamos desde el susurro del adagio a la brisa del moderato y el vendaval del presto aire, resurgir, florecer, brotar, manar, germinar, rojo, viento, azul, garzo, añil, malva, morado, púrpura, lila, violeta o como quieran llamar a ese endiablado color que me mata. Primavera, cálida irradiación solar flores, flores, flores. Sublime la batuta de Karajan dotando de una perfección extraordinaria a este poema sinfónico de título "El Moldava" Vltava uno de los 6 que componen la sinfonía "Mi patria" del genio checo Bedrich Smetana. (*****)
****** Comentario extraído de UNIVISION VIDEOS, en referencia al articulo: El Moldava - Die Moldau - Vltava - Bedrich Smetana - Herbert von Karajan - Primavera
Franz Liszt
(Raiding, actual Hungría, 1811-Bayreuth, Alemania, 1886) Compositor y pianista húngaro. Su vida constituye una de las novelas más apasionantes de la historia de la música. Virtuoso sin par, durante toda su trayectoria vital, y sobre todo durante su juventud, se rodeó de una aureola de artista genial, violentamente escindido entre el arrebato místico y el éxtasis demoníaco.
Paradigma del artista romántico, fue un niño prodigio que llegó a provocar el entusiasmo del mismo Beethoven, músico poco dado por naturaleza al elogio. Alumno en Viena de Carl Czerny y Antonio Salieri, sus recitales causaron sensación y motivaron que se trasladara con su padre a París, donde en 1825 dio a conocer la única ópera de su catálogo, Don Sanche, ou Le Château d’amour, fríamente acogida por un público que veía en el pequeño más un prodigioso pianista que un compositor.
En la capital gala conoció a dos de los músicos que habían de ejercer mayor influencia en su formación: el compositor Hector Berlioz con su Sinfonía fantástica y, en mayor medida aún, el violinista Niccolò Paganini. La audición de un recital de este último en 1831 constituyó una revelación que incidió de modo decisivo en la forma de tocar del joven virtuoso: desde aquel momento, el objetivo de Liszt fue lograr al piano los asombrosos efectos que Paganini conseguía extraer de su violín. Y lo consiguió, en especial en sus Estudios de ejecución trascendente.
Ídolo de los salones parisinos, del año 1834 data su relación con Marie d’Agoult, condesa de Flavigny, de la cual nació su hija Cosima, futura esposa del director de orquesta Hans von Bülow primero, y de Richard Wagner después. Su carrera musical, mientras tanto, proseguía imparable, y en 1848 obtuvo el puesto de maestro de capilla de Weimar, ciudad que convirtió en un foco de difusión de la música más avanzada de su tiempo, en especial la de Wagner, de quien estrenó Lohengrin, y la de Berlioz, del que representó Benvenuto Cellini.
Si hasta entonces su producción se había circunscrito casi exclusivamente al terreno pianístico, los años que vivió en Weimar marcaron el inicio de su dedicación a la composición de grandes obras para orquesta, entre las que sobresalen las sinfonías Fausto y Dante, sus más célebres poemas sinfónicos (Tasso, Los preludios, Mazeppa, Orfeo) y las versiones definitivas de sus dos conciertos para piano y orquesta. Fue la época más prolífica en cuanto a nuevas obras, favorecida por el hecho de que el músico decidió abandonar su carrera como virtuoso para centrarse en la creación y la dirección.
Sin embargo, diversos conflictos e intrigas con las autoridades de la corte y el público lo indujeron a dimitir de su cargo en 1858. Se iniciaba así la última etapa de su vida, dominada por un profundo sentimiento religioso que le llevó a recibir en 1865 las órdenes menores y a escribir una serie de composiciones sacras entre las que brillan con luz propia los oratorios La leyenda de santa Isabel de Hungría y Christus, aunque no por ello el abate Liszt –como empezó a ser conocido desde aquel momento– perdió su afición a los placeres terrenales.
Su aportación a la historia de la música puede resumirse en dos aspectos fundamentales: por un lado amplió los recursos técnicos de la escritura y la interpretación pianísticas, y por otro dio un impulso concluyente a la música de programa, aquella que nace inspirada por un motivo extramusical, sea éste literario o pictórico. Padre del poema sinfónico, su influencia en este campo fue decisiva en la obra de músicos posteriores como Smetana, Saint-Saëns, Franck o Richard Strauss. No menos interés tiene la novedad de su lenguaje armónico, en cuyo cromatismo audaz se anticipan algunas de las características de la música de su amigo y más adelante yerno Richard Wagner e, incluso, de los integrantes de la Segunda Escuela de Viena. Todas estas características hacen de Liszt un músico revolucionario.
(*) 2. Extraido vers. ínteg: Biografías y Vidas
Las Rapsodias húngaras (S. 244), R106, de Franz Liszt (húngaro: Magyar rapszódiák, alemán: Ungarische Rhapsodien, francés: Rapsodies hongroises) son un conjunto de diecinueve obras para piano basadas en música folclórica húngara. Fueron compuestas entre 1846 y 1853 y más tarde entre 1882 y 1885. Además, Liszt compuso versiones para orquesta y para duetos y tríos de piano. En sus versiones originales para piano, las Rapsodias húngaras tienen una dificultad destacable, ya que Liszt era un gran virtuoso.
Liszt incorporó muchos temas que había oído en su Hungría natal que él pensaba que eran música popular y sin embargo eran melodías escritas por autores contemporáneos tocadas a menudo por músicos gitanos. Las Rapsodias húngaras fueron influidas por los verbunkos, una danza húngara estructurada en varias partes con diferentes tempos.
(*) 3. Extr de camino de música.
Muchas gracias a todos.
KARL.
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