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lunes, 2 de enero de 2012

AGRADABLE CONCIERTO DE AÑO NUEVO 2012




Al día siguiente del concierto de Año Nuevo de 2011, el 2 de enero, con celeridad nunca vista, la Filarmónica de Viena anunció que el programa del primer día de 2012 sería dirigido por Mariss Jansons. Con ello se quiso dejar claro –cruelmente claro está– que el nuevo titular de la Ópera de Viena, Franz Welser-Möst, no repetiría podio, al menos de manera inmediata; se había rumoreado que el artista austríaco, al igual que Lorin Maazel en su etapa al frente de la institución de la Ringstrasse, se haría cargo de la sesión en las ediciones inmediatas. Pero la Filarmónica jugó la baza de buscar el más alto nivel artístico y solicitó la nueva comparecencia del director del Concertgebouw de Armsterdam y de la Sinfónica de la Radio de Baviera, Mariss Jansons (Riga, 1943), que ya había dirigido el concierto en el 2006.


El letón es una de las personalidades más apreciadas del mundo musical. No parece que exista gran orquesta que no le haya pedido que sea su responsable artístico, pues su nivel de competencia musical es excepcional; pero a ello se une que Jansons es persona extraordinariamente abierta, comunicativa, sencilla y simpática, lo cual le convierte en una «rara avis» en el ámbito en el que se mueve. Por encima de todo, disfruta con lo que hace, se le ve feliz ejerciendo la profesión musical, transmite entusiasmo, confianza y, no menor que todo esto, seguridad.

La polka de Johann Jr. «¡Uno u otro!» fue ya una exhibición de la capacidad comunicativa de Jansons y del nivel de excelencia, inalcanzable, que la Filarmónica de Viena puede obtener cuando está dirigida por «uno de los suyos». La «Danse diabolique» de Hellmesberger fue un despliegue de fogosidad del director y de virtuosismo en la orquesta. Las páginas menos transitadas fueron el precioso vals de Carl Michael Ziehrer «Gentes de Viena» –que en su estreno tuvo más éxito que el propio Johann Strauss, que lo acompañaba en el programa–, el galop del «Sperl» –el local multiuso, café y salón de baile, donde trabajó durante años Strauss padre–, y el inefable «Ferrocarril a vapor de Copenhague» del danés Hans Christian Lumbye, el llamado «Strauss del Norte», autor de páginas que en nada  desmerecen al lado de la dinastía vienesa, y cuyo tren, que arranca, trota y frena con humor indecible, recibió una interpretación mayestática de Jansons y los filarmónicos.

Algunas piezas presentaron la curiosidad de advertir cómo la familia Strauss se citaba a sí misma con arte e ingenio: por ejemplo, Johann y Josef, los dos hermanos, parafraseando al fundador de la dinastía, Johann Sr., y su «Marcha Radetzky» en la «Marcha patriótica» de 1859, o Johann hijo transcribiéndose a sí mismo, nada menos que con el «Danubio azul», en las «Danzas del baile Ayuntamiento» de 1890.

La doble intervención de los Niños Cantores de Viena fue excelente, entusiasta pero con algún confusionismo en la soberbia polka «Tritsch-tratsch» –llevada por Jansons a ritmo endiablado– y perfecta en el «Feuerfest» de Josef Strauss, en donde el letón hizo una exhibición de duplicidad musical al percutir, martillos en vez de batuta, los yunques colocados a los lados del podio, tarea normalmente encomendada al percusionista, pero que el de Riga prefirió reservar para sí  mismo.

Pero fue en los grandes valses, el portentoso «Delirien» de Josef  Strauss,  el  Vals de «La bella durmiente» de Tchaikovsky, o el «Disfruta de la vida» de Johann hijo, donde Jansons marcó su hondura de calado musical. La apoteosis, cosa que no siempre ocurre en el «Neujahrskonzert», llegó, precisamente, con un «Danubio azul» graduado con tiralíneas, en donde perfección no significó frialdad sino al revés, que fue fraseado con un «rubato» vienés patrimonio de los Boskowski, Karajan o Kleiber, y cuyos clímax llegaban como descargas catárticas de tensión acumulada. Fue la interpretación de un maestro absoluto, sí, pero también de un hombre feliz.


Welser-Möst, en 2013


La noticia no se hizo esperar, aunque muchos daban por supuesto que este 1 de enero de 2012 estaría en el podio Welser-Möst. Finalmente estará, pero en el concierto del año que viene. Así, los profesores de la orquesta le han dejado un año de margen para respirar y han intercalado la presencia, tan vital como contagiosa, de Jansons, en un concierto seguido por más de 50 millones de espectadores, que se dice pronto.

Muchas gracias a todos.

KARL.

domingo, 1 de enero de 2012

La Filarmónica de Viena... Un mensaje de Paz para el año 2012


Mariss Jansons da la bienvenida al año 2012 al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena en el tradicional Concierto de Año Nuevo. La retransmisión en vivo desde la Sala Dorada del Musikverein en Viena, realizada a través de 13 cámaras de alta tecnología, alcanza a 45 millones de telespectadores de todos los continentes.


El director letón Mariss Jansons abrirá hoy el concierto de Año Nuevo con una marcha marcial


Como cada año, el repertorio se basa en valses y polkas de la dinastía Strauss, con clásicos indispensables como el romántico Vals del Danubio y la triunfal Marcha de Radetzky al final, pero también con piezas musicales raramente escuchadas y algún guiño para empezar el año con el mejor humor. Una novedad es que por primera vez dese 1998 participa el coro de los Niños Cantores de Viena, enriqueciendo con sus voces la "polca francesa" Fiesta de Fuego de Josef Strauss. Pero lo más sorprendente esta vez es que este concierto, del que se suele esperar un mensaje de paz para el mundo, se inicie con una marcha marcial. La Marcha patriota fue compuesta por Johann Strauss para celebrar la ofensiva del Imperio Austrohúngaro contra las tropas de Piemonte y Cerdeña en 1859.
  El presidente de la Filarmónica de Viena, Clemens Hellsberg, argumenta que " en vista de que por otras razones hoy está de moda criticar la unificación de Europa , este 1 de enero es una buena fecha para echar una mirada a la historia y recordar cómo antes los europeos se descuartizaban entre ellos".

La Orquesta Filarmónica de Viena es única en su estructura. Se administra como una especie de cooperativa , carece de director permanente y los miembros de la orquesta son quienes eligen quién tiene el honor de dirigirlos en cada concierto. Es la segunda vez desde 2006 que le han concedido el privilegio al letonio Moriss Jansons, con quien desde hace mucho tiempo mantienen "una relación de amor", según palabras de Hellsberg. El padre de Moriss Janson era director de orquesta, su madre, judía, dio a luz en un escondite en Riga durante el nazismo, luego la familia se trasladó a Leningrado, donde Janson empezó sus estudios de música. A partir de1969 se perfeccionó en Viena y llegó a ser director de las orquestas filarmónicas de Leningrado, Oslo y Pittsbourgh . Actualmente están a su cargo la orquesta de Amsterdam Concertgebow y la Sinfónica de Radiodifusión de Baviera.

El gran aprecio que los filarmónicos vieneses sienten por Jansons se refleja en el repertorio, que esta vez contiene siete valses relacionados con su biografía. La Cuadrilla de Carmen de Eduardo Strauss fue seleccionada como para compensar a Jansons por no haber podido dirigir Carmen en la Staatsoper de Viena en 2010 por motivos de salud. También se incluyeron algunos valses compuestos por los miembros de la familia Strauss especialmente para ser estrenados en San Petersburgo, porque esta es la ciudad donde actualmente vive Jansons. Y para mantener el ambiente ruso el repertorio contiene dos piezas de Chaikovsky, el Panorama y el Vals de la ópera La bella durmiente.

Si bien siempre Moriss Jansons se siente nervioso antes de empuñar la batuta, hacerlo el 1 de enero en el Musikverein, sabiendo que es un acto emblemático que pasa a la historia y que hay millones de personas escuchando, le emociona mucho más." Muy temprano por la mañana mi nivel de adrenalina está por las nubes , comentó el maestro de 53 anos al crítico de música Lubica Tosic, del diario austriaco Der Standard.

Otra tradición vienesa es combinar el saludo musical del 1 de enero con algún evento de actualidad. Así, el Galopp del ferrocarril a vapor compuesto por el danés Hans Christian Lumbeye va dedicado a Dinamarca, que asume hoy la presidencia de la Unión Europea.

A diferencia del público en la sala del Musikverein, los telespectadores podrán ver desde sus casas las interpretaciones bailadas de tres piezas musicales dirigidas por el coreógrafo milanés Davide Bombana : la polca Mazur Amor ardiente, de Josef Strauss, el vals Alegraos de vivir y , como de costumbre y el Vals del Danubio Azul, de Johann Strauss. El escenario real del ballet son los espaciosos jardines y el interior barroco del Palacio Belvedere, que alberga la mayor colección del Gustav Klimt. En referencia al 150 aniversario del pintor modernista , Bombana se ha inspirado en el famoso cuadro El beso de Klimt para alguna pose de la pareja de bailarines Maria Yakovlera y Kirill Kourlaev en la polca. En el Vals del Danubio Azul se ve a otros dos protagonistas, Olga Elsina y Roman Lazik, entrando al palacio como visitantes común y corrientes en ropa de calle, que luego se ven transportados a épocas pasadas, sus atuendos cambian y ellos se dejan arrastrar por todos los tiempos al compás del alegre y a la vez melancólico vals.


Una de las preocupaciones en la prensa austríaca ha sido la frágil salud de del maestro letón que debe conducir el concierto, y que le obligó este mismo mes a cancelar dos apariciones en Múnich (Alemania).

Jansons ha cancelado varias veces sus actuaciones en los últimos años debido a problemas de salud, y ya en 1996 padeció un infarto mientras dirigía la ópera "La Bohème"

La señal de la televisión pública austríaca (ORF) será distribuida a 73 países de todo el mundo y se espera que unos 50 millones de personas sigan el concierto en directo.
De nuevo la sala dorada de la Musikverein, uno de los templos musicales del planeta, estará adornada por miles de flores traídas de San Remo (Italia).

Los filarmónicos rendirán además un tributo a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con la polca Albion de Johann Strauss. La inclusión de dos piezas de "La bella durmiente" de Chaikovski ha sido un empeño personal de Jansons, que dirigirá por segunda vez el Concierto de Año Nuevo, después de conducir ya a los filarmónicos vieneses en 2006.

Dentro del programa dominado por los Strauss se cuela un homenaje a la presidencia semestral danesa de la Unión Europea, que comienza en enero, con un galope del danés Hans Christian Lumbye (1810-1874), a quien se le conocía en su tiempo como "el Strauss del Norte"


A todos os deseo un Feliz Año Nuevo....
Que siempre tengamos presente la paz para cada hombre y cada mujer de la tierra... y que este Año este lleno de Salud y PAZ para todos... Y....
Hablaremos del concierto cuando se celebre como hicimos el año pasado...



**** Este Post esta basado en Extr Artlº de Prensa Varios , Art : JULIETA RUDICH - VIENA - 01/01/2012 / 31 Diciembre 11 - Viena - Luis Lidón